Curioso el efecto que tiene la tristeza; nos bloquea y anula al mismo tiempo que, y sin ser conscientes de ello, busca dentro de nosotros la llave que nos liberará de esa cárcel. Durante ese periodo se construye y prepara una etapa que empieza con “ese día”, ese momento, ese instante que rompe las esposas, que es frontera entre el antes y el después. Ahora bien, una cosa es que salir de ahí sea un camino, y otra que sea un camino recto.
Hay que dar, necesaria y obligatoriamente, bastantes pasos atrás por cada paso adelante, de modo que al segundo de creer que has pasado la frontera, vuelves a estar tras ella, y así, al final, muy al final, se consigue dejar atrás. En esta canción hay casi una frase para cada estado de ánimo; para los que se encuentran justo en “ese día”, y para los que están lejos, bien sea en un sentido, o en el otro.